La semana pasada, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó, tras veinte meses y la aceptación de cuarenta enmiendas, la reforma del sistema de Seguridad Social. Por todos es sabido que el grueso de la reforma se basa en el aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años. También hay otros datos que deberíamos conocer:
- La edad de jubilación no subirá de golpe, sino que se hará de forma gradual. La edad de jubilación se elevará un mes por cada año trabajado en el tramo consistente desde el año 2013 al año 2018 y se elevará en dos meses por cada año trabajado en el tramo 2019-2027.
- El cálculo de la pensión se realizará teniendo en cuenta los últimos 25 años de la vida laboral, dejando atrás los 15 años de la anterior ley.
- La pensión máxima se obtiene trabajando 38 años y 6 meses y no los 35 años que se exigían anteriormente. Esta modificación tiene un mayor calado del que se presume, ya que, para poder cobrar el 100 % de la pensión que nos corresponde, debemos trabajar tres años y seis meses más.
- Para obtener la pensión mínima debemos cotizar al menos 15 años. (Se mantiene respecto a la anterior reforma).
- Si deseas jubilarte anticipadamente podrás realizarlo a los 63 años, si, y solo si, cuentas con 33 años cotizados. En caso de crisis económica, la jubilación anticipada puede ser conseguida a los 61 años.
- Las empresas de más de 500 empleados con beneficios que presenten un expediente de regulación de empleo deberán sufragar el coste que supone para los servicios de empleo la jubilación de los trabajadores cuya edad supere los cincuenta años.
En la reforma, no todo son malas noticias para los trabajadores. Se incorporan una serie de beneficios sociales, que en mi opinión son muy positivos.
Los avances sociales incorporados más importantes son la incorporación de los empleados del hogar al Régimen General de la Seguridad Social, la cotización de las prácticas realizadas por los becarios, el incremento de la pensión de viudez, y sobre todo, la suma de cinco años de cotización a las mujeres que interrumpen su carrera profesional por embarazo.
Avances sociales y una reforma que se presume obligada por el cambio demográfico de la población. No estoy para nada de acuerdo en que empleados que realizan esfuerzos físicos en su puesto de trabajo tales como albañiles estén hasta los 67 años trabajando, supone un riesgo para su integridad, es un error clamoroso.
La reforma solo afectará a aquellos nados a partir de 1948…¡fatídica suerte la nuestra!.