Una espiral de deuda, corrupción y derroche del gasto público han llevado a Grecia a la situación actual.
Realmente, los administradores deberían ser los responsables de poner a Grecia en la cuerda floja; sin embargo, serán los ciudadanos los que sufrirán las consecuencias. Y, mientras lloran las desdichas que les tocarán vivir, los mercados celebran las medidas tomadas y la intervención de Alemania y Francia.
No deberíamos ser unos mentecatos pensando que Alemania y Francia son los protectores de la UE o los padres de una gran familia a la que quieren mantener unida. ¡No!
Parece increíble, pero el dinero prestado - tal y como ha señalado Daniel Cohn Bendit, presidente de Los Verdes- se ha destinado a la compra a Francia de fragatas por 2500 millones, cuatro helicópteros por 400 millones y múltiples aviones Rafale a razón de 100 millones de euros cada uno; y por otro lado a Alemania le ha comprado 6 submarinos por un importe total de 1000 millones de euros. El dinero vuelve a los mismos, satisfaciendo a los grupos de poder como son las fábricas de armas o las entidades financieras. A cambio, el pueblo heleno estará condenado a la pobreza en los próximos años. ¿Es justo?
Como dice Sahra Wagenknecht, miembro del Parlamento Europeo, “gran parte de las deudas públicas existentes en los países de la Eurozona son ilegítimas porque esas deudas son el resultado de políticas que van en contra de los intereses del pueblo. Así pues, estas deudas no deben ser pagadas por el pueblo”.
Siempre sucede lo mismo, unos pocos se enriquecen a costa de unos muchos.
1 comentario:
Contundente. Amigo... la Ley de Pareto sigue funcionando.
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